lunes, 31 de marzo de 2014

Alicante

La cara del moro, Monte Benacantil de Alicante
 En cada momento de la historia, Alicante, ha ido recibiendo cada uno de estos nombres, como la lengua ha ido evolucionando y quién sabe si algún día, se volverá a renombrar este Alicante por algún otro. Pero de momento, el nombre de Alicante, el nuestro, lleva consigo una bonita, aunque trágica leyenda que dio origen al actual nombre de nuestra ciudad.

   Cuenta esta que Cántara,  una hermosisima y joven doncella de muy elevada posición al ser esta  hija del Califa de la que entonces era nuestra ciudad, tenía locamente enamorados a dos jóvenes musulmanes pretendientes de su mano, llamados Alí y Almanzor.

     Cuando el Califa decidió que ya era el momento de desposar a la joven Cántara, las dudas le sobrevinieron al no saber a quién de los dos jóvenes elegir.  Así, fue decisión del Califa el proponer a los dos pretendientes un reto;  hacer alguna proeza que fuera digna de su futuro yerno.
Y de esta forma,  cada uno de los pretendientes,manos a la obra, comenzó las tarea elegida. Almanzor, por su parte, embarcó rumbo a las Indias, con el fin de traer raras especias de gran valor para  a Cántara.  Alí, por la suya,  se propuso cavar una acequia con la que poder traer agua desde Tibi hasta nuestro Alicante.
 
    Pero mientras Almanzor cumplía con esmero y rapidez su tarea propuesta, Alí, por su parte, no hacía otra cosa más que escribir poemas de amor a Cántara e ir alabándola por todos los lugares por donde pasaba. ¿Y que pasó, pues? Que finalmente Cántara acabó entregando su amor al joven Alí. Pero llegó el día en que Almanzor regresó con su misión cumplida, entregando al Califa las riquezas traídas de la India y exigiendo, a cambio, lo en su día prometido. Y siendo el Califa hombre de palabra, la mano de Cántara le fue concedida. Al enterarse Alí de lo sucedido corrió desesperado a precipitarse al vacío por un barranco y en él encontrar la muerte. Cántara que no pudo con su dolor, se tiró al mar desde lo que después vino a llamarse “el salt de la reina mora”, terminando así  con su vida, como antes lo hiciera su amado. Se cuenta que el Califa, un tiempo después, murió de pena y desde entonces, su rostro aparece en aquella parte del monte Benacantil, la que hoy es conocida como la  “Cara del Moro”.
 
    Cuenta la leyenda que la Corte no quiso que se olvidaran tan trágicos hechos, y así, decidió unir los nombres de los dos enamorados, Alí y Cántara, y de esa unión de dos amores nació “Alicántara”, origen del nombre de Alicante.



 Yo no me rindo, yo siempre tiro palante como los de Alicante. - Jose Angel DB