lunes, 30 de abril de 2018

De repente, y sin querer quiero el tesoro solo para mi

       Cuando menos te lo esperas, después de estar atrapado en una gran tormenta de caos y oscuridad durante años te giras y empiezas a ver la luz, luz que te inunda con una calma y tranquilidad que no sentías desde que eras un crío sin conciencia de como es el mundo. Y conforme vas acercándote a ella descubres que no solo es una, sino dos. Dos ojos azules, hermosos y genuinos, que inspiran, que muestran el alma que se oculta en el interior de una persona escurridiza. Esos dos mares que se encuentran en una cara esculpida en la misma nieve del ártico esconden un tesoro aún mayor que su increíble belleza exterior. Por que si por fuera parece una diosa, elegante, bella, sensual y atrayente cuál pantera de la que no hay forma humana de apartar la mirada de esa melena bermeja, de la que ni si quiera podrás evitar el mirar esos labios pequeños y atrayentes que te llaman a gritos y sin moverse u articular palabra alguna gritan 'ven'. Por dentro es más hermosa aún, salvaje y rebelde, soñadora, risueña, introvertida y aún así atrayente, cálida, culta, bondadosa, intensa y tierna a la par, no he conocido persona más interesante, virtuosa, sensible y adorablemente bella. Me quedaría corto con palabra que escriba pues ella es, en si, un tesoro oculto, un tesoro que anhelo más que Barbanegra el oro, por que es algo mejor que eso, es felicidad.

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